viernes, 13 de febrero de 2015

Mas fuertes que un tornillo

Más de una vez hemos hablado de lo que pueden complicarse las reparaciones a bordo, de la lucha que supone a veces ganarle la partida, por ejemplo, a un simple tornillo oxidado del motor y que no quiere salir.
En esta ocasión el paciente efermo no es el Mola Mola, es el barco de nuestro amigo belga Olivier, el Curvaceus.
Nosotros estábamos fondeados en Green Island, un fondeo con muy buena protección al viento y sabíamos que en unos días aparecería Olivier. Es habitual que tengamos la VHF conectada para hablar entre los barcos, y aquella mañana contactámos con Olivier y ya estaba de camino a Green Island. Nos comentó que tardaría unas dos horas en llegar. Trnascurrida una hora ya vimos al Curvaceus dando bordos contra el viento para llegar al fondeo y al poco tiempo nos llama por la emisora:
- Curvaceus, Curvaceus, Curvaceus para Mola Mola
- Te recibimos Curvaceus. Cómo va todo? Cambio
- Tengo problema en el motor. Lo he arrancado, hay una vibración muy fuerte y está entrando agua al barco, creo que un silentblock se ha roto. Intentaré la entrada a vela al fondeo. Cambio
- Curvaceus, en el último bordo antes de entrar al canal iremos en dingui para subirme a bordo y ayudarte con la maniobra. Cambio

Y así fué, aún con la avería se puede disfrutar de entrar en un fondeo esquivando los bajos de arrecife y los barcos, con las drizas en la mano para largarlas en el momento adecuado y dejar al barco con la arrancada necesaria para fondear donde habíamos previsto.

Después de un primer vistazo la situación es la siguiente: está roto el perno de un silemblock y también la bocina (tubo debajo del agua que atraviesa el casco para permitir el paso del eje del motor) por la vibración del eje y entra mucha agua a presión a través de la fibra. Sólo este último problema ha hundido muchos barcos.
Así que antes de empezar hay estos dos frentes abiertos. El plan para reparar la bocina es intentar que no entre agua para repararla con fibra y para el silemblock creemos que si cambiamos el de proa roto y lo ponemos en popa, que tiene menos altura, dará justo con el sobrante del perno que a quedado en pié.
Nos tiramos al agua y buceando colocamos al rededor del eje bolsas de plásticos, empotrándolas contra la bocina, intentando hacer una especie de junta que impida el paso del agua. Bien!! funciona y entra mucha menos agua, lo que nos va a permitir trabajar la fibra.
El sitio donde está rota es de muy difícil acceso, y tenemos que retirar el prensaestopas para poder repararlo (el prensaestopas es un sistema que sella el eje y la bocina para que no entre agua) así que trabajamos a turnos con la cabeza metida por un tambucho y boca a bajo. Quitamos el prensaestopas cruzando los dedos y con mucha tensión, pero el agua sigue sin entrar, lijamos, limpiamos, rebajamos el lugar de la grieta y ponemos fibra y resina epoxy. Nos da bastante buena impresión la reparación.
Ahora toca empezar con el motor. Lo primero es liberarlo del eje. En este caso el Curvaceus lleva un acoplamiento flexible entre el plato del motor y el del eje, cuyos tornillos (no eran de inoxidable) estaban en un estado lamentable, que sumado al mal acceso y poco espacio para trabajar se tradujo en casi una tarde entera para quitar cuatro tornillos!!! Aquí es cuando se empiezan a vivir momentos de cabreo serio, de preguntarte porque a veces en un barco todo tiene que ser tan complicado.
Después de conseguir desacoplar los ejes, hace falta liberar el motor de los silemblocks restantes y la canción se vuelve a repetir. El acceso al motor es horrible, apenas podemos meter las llaves y trabajar. Tuercas gripadas y tornillos oxidados nos obligan a buscar nuevas posiciones. Ahora como contorsionistas ya metemos todo el cuerpo por el pequeño tambucho y hechos un ocho trabajamos a turnos sudando. Llaves, martillo, destornillador, antioxido.....no puedo, no sale....este cabrón de tonillo, mierda!!!!! el metal se calienta, avanzamos despacio. Olivier echa pestes de los barcos y su moral sube y baja en función de que el tornillo avance o no.
Nos lleva casi otro día entera liberar completamente el motor y por fín poder levantarlo para empezar a cambiar los silemblocks de sitio. También hay que preparar el silembloc que se había roto, limando los filetes de metal para poder roscar una tuerca y que vaya bien.
No es facil manejar el motor suspendido con tan poco espacio, usamos un polipasto que llevamos a bordo del Mola Mola y un aparejo con poleas. Por momentos tiramos con un tercer cabo amarrado al palo del Curvaceus para hacer avanzar al motor.
El motor ya asoma por la puerta del salón y ahora tenemos un poco más de espacio para trabajar. Olivier también quiere aprovecchar para intentar quitar un pequeño goteo de agua salada por la bomba de refrigeración del motor. Creemos que puede venir de la propia tapa de la bomba o del retén interior de la bomba, del cual no hay repuesto a bordo. Esa avería ya la habíamos tenido en el Mola Mola y mi consejo para Olivier es: si no tienes el repuesto a bordo ni lo toques, como lo fastidiemos el barco se va a quedar inmovilizado. Olivier decide que intentará repararlo, es muy difícil tener el motor así de fuera con un acceso decente para hacer esa operación.
Otro día entero para montar los silemblocs como habíamos previsto pero con cada tornillo minándonos la moral. Otra vez la falta de espacio, el óxido, la grasa, el sudor y momentos de desesperación.
Para desmontar la bomba del agua hay que quitar el alternador y también una pata de soporte del motor al silembloc. Sí, ya sé que parece increíble, pero estos problemas de espacio surgen en barcos antiguos, que son remotorizados con motores mas grandes que los originales y que los meten literalmente con calzador. Luego cuando hay una avería.....ufff pues ya os lo estoy contando.
Ya vuelve a anochecer. Nos da el tiempo justo de bajar el motor y presentarlo sobre los silemblocs. Mañana habrá que meterse en la faena de alinearlo y mientras tanto Olviier tiene tiempo de consultarle a la almohada si quita el acoplamiento flexible con sus horrorosos tornillos o si lo mantiene.
Volvemos a la carga, Olivier decide quitar el acoplamiento flexible. Situamos el motor y apriori parece que es necesario levantarlo de popa, pero como estamos usando el silembloc roto, ya no tenemos posibilidad de regular la altura con éste, así que buscamos unas placas de polietileno de casi un centímetro, levantamos otra vez el motor, calzamos debajo de los silemblocs y parece que la altura es bastante buena y el ángulo entre los platos también.
Seguimos montando, y de vez en cuando siguen apareciendo  tornillos imposibles, como uno de los cuatro del escape que forzada su posición por el silencioso es imposible de meterlo y roscarlo. Después de dos horas con ese tornillo decidimos hacer un macho, roscarlo para meterlo el primero y despues montar el escape y sólo tener que poner una tuerca en vez de meter el tornillo. Mientras estamos peleando con ese tornillo se ha roto un tornillo de purga del circuito de agua. Miiiierda otra vez. Usamos epoxy para taponarlo.
Otra vez el anochecer. Llevamos ya tres días completos. Todo queda montado a la espera de que seque el epoxy y arrancar mañana para probar.
Llego el momento. Estamos contentos con la reparación y ahora hay que arrancar y observar los tres frentes que tenemos: entrada de agua por popa, fuga en la bomba de agua y vibración del motor.
Olivier arranca y....no!!! entra mucha agua por la bomba de refrigeración, entra muchísima. Ahora ya no cabe duda que es por el reten que NO TENEMOS A BORDO. En ese momento Olivier jura y se pregunta por que coj... lo habrá tocado si no era tan grave.
Apagar motor, volver a quitar la bomba, sacando primero el silemblock, luego su pata y también el alternador. Desmontamos la bomba y vemos que e muelle del reten está roto y se nos deshace en las manos. Ahora mismo el barco está inmovilizado, o al menos para navegar a motor. No tenemos otros retenes más grandes para hacer un apaño. Olivier se va a ver al capitán del H2O, un precioso barco de acero fabricado por el mismo. Al cabo de dos horas vuelve con el retén areglado con un muelle nuevo y la bomba montada.
Otra vez a montar, apretar y ahora a rezar antes de arrancar.
Arranca y.....no sale agua por el escape...Olivier había dudado al montar las tuberías que entran y salen de la bomba, yo consulté el manual y marcaba claramente los sentidos de las tuberías, pero.....está claro que estaban mal montados. Desmontamos, ponemos en la otra posición y arrancamos:
NO ENTRA AGUA POR POPA, NO SALE NI UNA GOTA POR LA BOMBA DEL AGUA, SALE AGUA POR EL ESCAPE Y MOTOR VIBRA POCO. Bien!!!
Ahora probamos a dar atrás al motor para ver girar el eje. parece que vibra poco y está bastante bien alineado. Bien!!!!!
Y esta es una de las muchas historias de reparaciones hechas a bordo. Con la ayuda de los vecinos de fondeo, con toda la paciencia del mundo y con mucho sentido común. Todavía existe en el mar esta camaradería, en el que en un fondeo muy lejos de cualquier taller te las puedes arreglar y la gente se ayuda desinteresadamente, haciendo simplemente lo que le gustaría que otros hiciesen por él si estuviesen en esa situación.
Ahora, como todas las reparaciones en el barco , las millas y las horas darán su veredicto, pero hoy el Curvaceus está mejor que ayer y a pesar de todos los momentos de desesperación en el rostro de su capitán luce una sonrisa.

En la bañera del Curvaceus con Olivier. El tangón y el polipasto para subir el motor

El Curvaceus como una cacharrería. En esto se puede convertir un barco en plena reparación

Olivier del Curvaceus metiendo mano al alternador