MOLA MOLA. En familia navegando a bordo de un velero Oceanis 411: Las mejores luces están en mitad de la tormenta

Bea cuelga el teléfono y rompe a llorar. Hace unos días que su abuela está en el hospital, y parece que ha empeorado. Llora por su abuela, por su madre, su familia y por ella. Nos abrazamos y lloramos juntos.
Ayer ha cogido un avión para estar con su familia, para dar calor y amor.
Me imagino el abrazo a su madre...nunca olvidaré el abrazo con la mía el triste día que murió mi abuela Ia.
En los peores momentos y más duros pueden surgir sensaciones tan bellas e intensas que no se olvidan nunca. Una preciosa bomba de sentimientos rodeada de dolor y amargura. La vida nos tiene reservados esos momentos, que también hay que saber disfrutar.
Así que, aunque un poco trsite y sólo en el barco, estoy contento y orgulloso de que Bea este con su familia.
Por lo demás, la vida en La Graciosa no tiene mucho que contar. Tan sólo las visitas de amigos, rompen nuestra genial monotonía. Han estado Isabelle y Jean Francois. Han llegado llenos de encargos y regalos y hemos pasado dos días geniales caminando y disfrutando de la isla. Por la noche JF nos enseña un poco más de nudos (ahora ya sabemos hacer el puño de mono). Son una pareja entrañable y nos han ayudado tanto con el barco (desde los primeros viajes a Francia buscando un Melody) que les tenemos un cariño muy especial. Son parte muy importante de este viaje. Gracias!!!
Llevamos ya días en el fondeo, mientras escribo estas líneas el viento de más de 25 nudos silba en la jarcia y hace moverse un poco el barco, pero el fondeo es muy seguro y nuestra ancla y lo 40 metros de cadena nos hacen estar muy tranquilos (no creo que haya garreo esta vez).
Paseos con Neta, palas, pesca, cocina, algún baño de surf, algún rato con Guillermo, que también se ha ido de vuelta a Santander, visitas al Antull: algunas sólo para charlar, otras para intentar instalar internet con el teléfono satélite de Toñi y Antonio y otras para comer un delicioso risoto de setas (buenísimo Toñi!!) y visitas al Nirvana de Gilbert, también para instalar internet en el teléfono satélite (parece que ya lo hemos conseguido) completan los días que van pasando.
En menos de un mes deberíamos estar en La Palma y después el salto a Cabo Verde. En breve vuelve la acción de la navegación!!
Mañana llegará a la isla nuestro amigo Soto, y el miércoles mis padres. El viernes iremos a recibir a Bea que vendrá de vuelta de Santander, y ojalá lo haga con sus padres que tenían reservadas esas vacaciones. Pero ahora eso no es lo importante.
Belén, Carlos, Bea y familia. De verás que me gustaría estar con vosotros ahora, y aunque no sea físicamente, lo estoy, cómo todos vosotros en el Mola Mola.
El día es nublado y ventoso pero ha entrado un precioso rayo de sol entre las nubes..