Un día y medio en Ribadesella, para seguir cogiéndole el punto a la vida sencilla de a bordo. Paseos y baños matutinos con la Netis, compras básicas, cocina y tareas de mantenimiento del barco, hacen pasar las horas de una manera fácil y relajada. También hay tiempo para las charlas de pantalán con otros vecinos navegantes.
Hoy, además hemos recibido la visita de Ñaperton (Carlos padre de Bea), y ha sido una tarde completa: sidras, percebes, parrochas, siesta, ñapa, baños y paseo. Así da gusto. Gracias Carlos te queremos (Bea, Edu, Neta y el Mola)!!!
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